sábado, 12 de noviembre de 2011

los talentos

Se acercó también el que había recibido un solo talento, y dijo: Señor, sé que eres duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Tuve miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo tuyo. (Mt 25,24)

Me he fijado en el argumento del empleado malo de la parábola porque me ha llamado la atención la definición que hace de su amo: lo considera duro y muy exigente. Además afirma que tenía miedo. Por tener esa idea tan terrible y por el miedo a equivocarse se quedó paralizado, improductivo.
He pensado que todavía hoy hay gente que entiende así a Dios. Cuando leemos el Evangelio Jesús nos presenta al Padre muy exigente, no hay más que pararse a meditar las Bienaventuranzas o la llamada a venderlo todo y entregarlo a los pobres y ¿qué decir de su invitación a tomar la cruz y seguirle?
Ahora bien, no se puede decir que esta exigencia de Dios signifique que haya que tenerle miedo. Lo que Jesús habla del Padre es siempre bueno. Nos habla de su amor, de su misericordia, de cómo se preocupa de darnos lo que nos hace falta; nos anima a orar con confianza sabiendo que nos escucha siempre y nos hará justicia sin tardar. No es para tenerle miedo sino para amarlo con todo el corazón ¿no te parece?
Pero desgraciadamente hay quienes todavía ven a Dios con miedo, pensando que los castigará severamente por sus pecados y temiendo equivocarse o hacer las cosas mal. El miedo paraliza, no nos permite ser creativos. Por eso el que actúa con miedo es improductivo.
Así que no mires a Dios con miedo. Como dice el papa, Dios no te quita nada y te lo da todo. Así que hay que actuar con alegría y con confianza. Si te llenas del amor de Dios sentirás dentro de ti una fuerza imparable y lo comunicarás a los demás.
Descubre los talentos que has recibido, reconoce que son dones para dar frutos de paz, de amor y alegría y ponte manos a la obra.

No me has llamado siervo, me has llamado amigo y me has revelado todos los secretos. Conocerte ha sido para mí un motivo de alegría y has llenado mi vida de sentido.

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