sábado, 1 de octubre de 2016

AUMENTA NUESTRA FE


Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. (Lc 17,5)



El  Señor ha valorado muchas veces la fe de la gente. Recordemos cómo admiraba la fe de algunos paganos, como el centurión o la mujer cananea. A muchos enfermos los despedía diciendo: tu fe te ha salvado. Comprendo que los apóstoles aprendieron una buena lección cuando reflexionaron un poco sobre todas estas cosas. Tal vez miraron sus actitudes y entendieron que su fe era muy débil. A ellos, ciertamente, les reprochó también en varias ocasiones su falta de fe.

Si yo tuviera que hablar de mí mismo, más bien me veo en la postura de los apóstoles. A mí el Señor me reprocharía mi falta de fe, y con el agravante de que yo también he podido sentir muchas veces cómo actúa y cómo va mostrándome su grandeza y su poder en los momentos más inesperados. Mi fe es más pequeña que un grano de mostaza y por eso mismo, no obtiene nada especial. La petición de los apóstoles tengo que hacerla mía, porque entiendo que tener más fe es una gracia que el Señor me puede conceder.

Tal vez nos podemos sentir muchas veces decepcionados porque no comprendemos el silencio de Dios ante las injusticias, porque desearíamos una intervención más clara para defender a los inocentes, porque vemos como triunfan los malos y a los buenos todo se les vuelve en contra… estas cosas ponen a prueba nuestra fe, la debilitan. Pero el Señor no está callado, lo que ocurre es que su mirada va mucho más lejos que la nuestra. Él sabe sacar provecho hasta de los pecados más graves o de las injusticias más clamorosas, recordemos que de la muerte de Jesús vino la salvación para todos.

En estas circunstancias lo que nos queda es saber confiar, esperar con paciencia y a su tiempo tendremos la respuesta.



Me has enseñado cómo tú eres el Padre de todos, yo te he dicho que estoy puesto en tus manos. Es verdad que no entiendo muchas cosas, pero sigo diciéndote que sí. Aquí me tienes para lo que necesites de mí. Tú me das siempre mucho más de lo que yo pueda sacrificar. Esperaré con paciencia y llegará tu Palabra en el momento oportuno.