domingo, 27 de noviembre de 2022

ESTAD EN VELA

 

Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. (Mt 24,44)

 

 

En un mundo dividido por las guerras y las ambiciones de unos y otros, el profeta Isaías anuncia la llegada de la paz y la fraternidad. El tiene una visión y contempla a todas las naciones de la tierra que caminan buscando al Señor para que Él les enseñe. Cuando todos buscan a Dios surge el milagro de la fraternidad y las armas de la guerra se transforman en instrumentos para el trabajo y el bienestar de los hombres: de las espadas forjarán arados.

Nuestro mundo también está marcado por la guerra y la división. Hay mucha violencia atroz en muchos lugares de la tierra, no sólo en Ucrania. Estas son las tinieblas que cubren la tierra. Traen sufrimiento, pobreza y enfermedad.

Estas guerras también las tenemos muy cerca cuando convertimos las diferencias políticas e ideológicas en armas para humillar y dañar a los que piensan de otro modo y nos dividimos y nos peleamos por estas cosas. Guerras también entre familiares y personas cercanas por ambiciones y egoísmos. Con estas cosas nadie gana nada y todos salimos perdiendo.

El profeta Isaías nos anuncia el día en que todos caminan para buscar al Señor. San Pablo nos dice que el día está cerca, que dejemos las actividades de las tinieblas y nos pertrechemos de las armas de la luz.

Frente a las obras de las tinieblas tenemos unas armas poderosas que son la oración, la fe, el amor a Dios y al prójimo, la verdad, la caridad.

Jesús nos anima a estar en vela, a estar preparados para cuando él vuelva.

Comenzamos un nuevo adviento, el Señor viene, estemos preparados para recibirlo.

 

Te estamos esperando, Señor Jesucristo, porque tú eres quien puede transformar este mundo en qué vivimos. Te esperamos y trabajamos para que tu Reino se haga realidad en este mundo. Ven a salvarnos.