viernes, 21 de octubre de 2011

El mandamiento principal

Estos dos mandamientos sostienen
 la ley entera y los profetas. (Mt 22,40)

Si te fijas en el contenido de los mandamientos te darás cuenta que la mayoría de ellos son prohibiciones, es decir que te indican lo que no debes hacer: no matarás, no robarás… en cambio, cuando alguien le pregunta a Jesús sobre el mandamiento más importante, él los resume en positivo. Es más, los convierte en algo muy positivo, porque hace que toda la ley se resuma en el Amor, y nada hay más positivo que el Amor.
Cuando Jesús dice “Amarás” nos está poniendo una meta muy alta, porque el amor nos lleva a entregar toda la vida.
Ahora bien, si el Amor es un sentimiento que se tiene o no se tiene ¿Cómo se puede convertir el amor en un mandamiento? La verdad es que a mí me parece que no es posible amar por obligación, pero si Jesús dice que el mandamiento principal es amar tiene que estar cargado de sentido.
Puedes comprender que Dios es Padre, y por eso quiere tratarte como a un hijo. Dios no quiere siervos que lo obedezcan o le tengan miedo, no quiere someterte por la fuerza ni asustarte con el castigo. Es un Padre que lo único que siente es Amor. Todo lo ha hecho por Amor y así es como se define Dios.
Claro, si Dios es Amor, el amor no desea más que ser amado, ser correspondido. No puede pedirte otra cosa.
Conoce a este Dios que tanto te ama que te ha enviado a su Hijo, descubre todo lo que ha hecho por ti y cuántas cosas tienes que agradecerle. Verás como te llenas también de ese amor divino que te empuja a servir y a amar a tus semejantes.
Es verdad que no se puede obligar el amor, pero si no amas a Dios ni al prójimo es señal de que tu vida está muy alejada de Él.
En nuestro mundo puedes encontrar a mucha gente que ha conocido a Jesús, muchas personas que han descubierto la grandeza de este amor. Muchos se han sentido llamados a dedicar su vida por completo a los demás, algunos han dejado su patria y a su familia para ser testigos de este amor. Ellos son un signo de esperanza de que es posible una nueva humanidad.

Has entregado tu vida cuando yo no era más que un pecador, me has hablado de Dios como el Padre que sólo desea tenerme a su lado y me has enseñado cómo me cuida y me protege en todo momento. Muchas veces he sido inconsciente y no he valorado todo lo que haces por mí cada día, pero tú siempre has estado atento a lo que necesitaba y no has dudado nunca en acudir en mi ayuda cuando te he invocado. Conocerte a ti es lo único que de verdad llena de sentido mi vida y es imposible conocerte y no amarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario