sábado, 11 de diciembre de 2010

Los signos del Mesías

"Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído:
los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan
 y se anuncia el evangelio a los pobres:
¡dichoso el que no se escandalice de mí!". (Mt 11,4-6)

Tanto el mensaje como las obras de Jesús traen alegría al corazón de los pobres. No hay demasiadas palabras de condena, no habla de hachas dispuestas a talar los árboles que no dan fruto, ni de quemar la paja en la hoguera que no se apaga. Más bien se ha empeñado en hablar del amor del Padre, de su deseo de reunirnos a todos y hasta del Perdón de los pecados. Y este mensaje va acompañado de signos que traen alegría y esperanza a los humildes.
Juan necesitó preguntar si era o no era Jesús el Mesías esperado. La respuesta del Señor está hecha con obras más que con Palabras. Sus obras acreditan que él es el que habían anunciado los profetas y por eso realiza los signos de la llegada del Reino.
Ahora que está cercana la fiesta de Navidad es bueno que recordemos para qué se ha empeñado Dios en hacerse hombre. Tal vez nos gustaría que se tomara venganza de tanta injusticia y tanto dolor, que viniera como un guerrero a destruir a todos los malvados o que apartara a los malos de los buenos para darles su merecido. Pero, si esto fuera así, también nosotros tendríamos que rendir cuentas de nuestros propios pecados. Por eso el mensaje de paz y amor que nos trae Jesús es una Buena Noticia para todos.
Para los que están padeciendo las consecuencias de la crisis Jesús trae una Buena Noticia: Que Dios es Padre y no los abandona. Pueden confiar en él que actuará y hará que vuelva la alegría a sus hogares.
Para los que sufren por el peso de sus pecados Jesús viene a traer la Buena Nueva del Perdón.
Para los que se encuentran perdidos o sin Dios, Jesús trae el Amor de un Padre que está dispuesto a todo por la felicidad y la alegría de sus Hijos.
Vendrá el Señor y de nuevo inundará la tierra con su Luz. Su presencia será alegría para todo el mundo y de nuevo brillará en todos nosotros la esperanza.

Porque estoy convencido del Bien que hace tu presencia en el mundo te quiero dar mi vida para que sea instrumento de tu Gracia. Todo mi ser es para ti, conviérteme en un instrumento en tus manos para que todos se alegren de tu amor.

1 comentario:

  1. Padre, me hace una gran ilusión invitarle a la lectura de la primera parte del artículo: El Universo no necesita a Dios. El artículo (I) en el que se responde con una actitud crítica y en absoluto gratuita a las afirmaciones vertidas en el artículo de contraportada publicado en La Provincia, un periódico regional de las canarias. Este artículo hace unas aseveraciones totalmente gratuitas y simplistas acerca de la existencia o no de Dios, y acerca de la operatividad o no de Dios.
    En mi opinión no se trata de ya de ser creyente o no, si no de poseer la suficiente sangre en las venas para indignarse ante lo descaradamente burdas afirmaciones de unos científicos que pretenden ser algo más que eso, (¿gurús, profetas de una nueva religión…?).
    Por otra parte todo aporte suyo será muy bien venido.
    Un saludo desde la isla de Gran Canaria

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