El Reino de Dios se parece a lo
que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las
noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la
tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las
espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los
granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.
(Mc 4,26-29)
Una vez más el Señor viene a consolarme.
El Reino de Dios no viene con apariencia de grandeza sino en lo pequeño y en lo
humilde.
Como es él mismo el que viene, tiene una
gran fuerza, un gran poder de sacar adelante su Reino.
A los que hemos sido elegidos nos envía
para sembrar esta pequeña semilla. Yo diría que es pequeña y débil. Es la
semilla del amor y de la misericordia, de la bondad y de la verdad. Aparentemente
es muy débil frente al odio o a la mentira, frente a la maldad o a la
violencia. Es muy pequeña y muy débil, pero tiene el poder de Dios y llega a
ser imparable.
Pienso en el desánimo que siento cuando
veo cómo prospera todo lo que va contra Dios, incluso dentro de la misma
iglesia. Siento que me estoy esforzando y desgastando para nada, porque se abre
camino el populismo, la superficialidad y sigue prosperando la mediocridad.
Mientras tanto la gente se aleja de Dios y busca respuestas en espiritualidades
alejadas de la realidad, incluso, sin darse cuenta, le dan cabida al maligno. Se
busca respuesta en el esoterismo y se cae en prácticas diabólicas con
apariencia de bien.
Señor Jesús, todo lo que me permites vivir es una llamada para que siga esforzándome
en dar a conocer tu evangelio, en hacerme cada día más pequeño y más pobre, en
vivir desde el amor en cada encuentro, con cada persona; en orar y estar
siempre junto a ti, mi Señor y salvador.
Muchas gracias.
ResponderEliminarSomos esa semilla pequeñita que nos ha sembrado nuestro sembrador ,(Dios)vamos creciendo con dificultad, débil con mucha dificultad y trabajo, a veces cuesta crecer y hacerse fuerte , nosotros solos no podemos avanzar,necesitamos del cuidado de nuestro sembrador.
ResponderEliminarNos estamos formando constantemente y muchas veces nos derrumbamos, pero con la ayuda del Padre daremos buen fruto,no cuando nosotros queramos sino cuándo él quiera