jueves, 17 de abril de 2014

El amor hasta el extremo

Habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. (Jn 13,1)

¿Cómo podríamos llegar a entender todo la historia de Dios con la humanidad? ¿Cómo podríamos penetrar el interior de Dios para comprender el por qué de todo lo que ha sucedido? No hay ninguna otra razón que el Amor, así con mayúscula. El amor que mueve el corazón de quien ama para buscar siempre lo que más puede beneficiar al ser amado, el amor que está dispuesto al mayor de los sacrificios por aquella persona a la que se ama. Así podemos encontrar sentido a la presencia de Jesús, que es Dios, entre nosotros. Ha venido a este mundo para inundarlo de amor y transformarlo con la fuerza poderosa de ese amor. Además de pasar entre nosotros y de amarnos hasta el extremo nos ha puesto unos medios muy sencillos para que lo podamos sentir y así nos sintamos amados por él.
Nos ha dejado la Eucaristía para que lo recibamos a Él mismo en persona y le permitamos amarnos y colmarnos con su ternura. Así, al recibir a Jesús en el pan eucarístico nuestro corazón se va empapando de ese amor y se va haciendo capaz de darlo todo, de entregar la vida y hasta de sacrificarse por los demás como él hizo por nosotros.
Nos ha dejado un mandamiento nuevo que no podía ser otro que amarnos unos a otros como él nos ha amado, hasta las últimas consecuencias.
Si no experimentáramos el amor sería imposible para nosotros conocer a Dios. Pero porque amamos y sabemos lo que se siente por un ser querido, comprendemos fácilmente lo que Dios siente por nosotros y lo que ha movido a Jesucristo a entregar su vida para nuestra salvación.
El amor hasta el extremo de Jesús lo vamos a convertir en estos días en una celebración que durará hasta el domingo. Así haremos que sea una experiencia personal que vamos a vivir gracias a los sacramentos pascuales. Es el amor que lo da todo en la cruz, incluso a su propia madre, es el amor que llega a ser mucho más poderoso que el mal y puede triunfar sobre el pecado y la muerte.


Contemplando tu pasión me he sentido amado profundamente por ti, siento como se alejan de mí todos mis pecados porque tú los has perdonado para hacerme un hombre nuevo. Siento cómo me inunda un amor que arde como un fuego dentro de mí que no se extingue; y siento también que cuentas conmigo, a pesar de mi ingratitud y de mi indiferencia, para que sea testigo de tu amor en medio de mis hermanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario