Se
terminó el vino, y la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". (Jn 2,3)
En
este pasaje he querido fijarme en María. Al contemplar su actuación veo que
tiene una palabra para Jesús y otra para
los organizadores de la boda.
A
Jesús le plantea el problema: No tienen
vino. Ella parece ser la que está más cercana de los problemas concretos de
la gente para ponerlos delante de su Hijo. Tiene corazón de madre y siente la
preocupación por cualquier necesidad de sus hijos. Por otro lado tiene fe en su
Hijo, sabe con certeza que él puede solucionarlo todo. Así que observa el
problema, no espera a que acudan a ella para buscar ayuda sino que busca a
Jesús para que lo solucione.
Luego
tiene también unas palabras para los organizadores de la boda, que son los que
se encuentran en la situación de haberse quedado sin vino. A ellos les dice: Haced lo que él os diga.
Ha
quedado claro que ella se ha tomado en serio su problema y ha actuado para
encontrar una solución, ahora todo queda entre ellos y Jesús. La solución está
siempre en hacer lo que Jesús les diga.
María
se ha convertido en intercesora nuestra. La buscamos como un hijo busca a su
madre para encontrar una respuesta a sus problemas. Y antes de que nosotros le
hayamos contado lo que nos inquieta o lo que nos preocupa ya ella lo ha visto y
lo ha puesto en manos de Jesús. Es la madre atenta que con una sola mirada ya
lo sabe todo y no duda en actuar.
También
ella se vuelve a nosotros para animarnos a la confianza. Jesús es la respuesta
a nuestros problemas. María nos dice: haced lo que él os diga. Es como decir
escuchad sus palabras y ponerlas en práctica.
Claro
esto ya lo sabemos, pero al ser María la que nos lo dice podemos sentir que
ella está a nuestro lado, como madre, para acompañarnos en el empeño por vivir
el evangelio. Ella se nos ha adelantado a poner ante Jesús nuestra causa y ella
también ha ido delante de nosotros para escuchar y obedecer a su Hijo.
Siempre encuentro en
ti, Virgen Bendita, a una madre que me comprende y me sostiene. Tú haces que no
me sienta solo y perdido, tú me muestras tu ternura y me haces mirar a tu Hijo
que siempre tiene palabras de perdón y de esperanza.
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