Dejad que los niños se acerquen a
mí, no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios.(Mc 10,14)
El los Evangelios está nítidamente claro que
Jesús tenía una preferencia por los
pobres y por los que no cuentan para nada. No nos puede extrañar que también
tuviera un afecto muy especial por los niños. Porque los niños son pequeños e
irrelevantes, normalmente no se les tiene en cuenta para decisiones importantes
y ellos viven muy felices sabiendo que no cuentan para nada. Jesús nos los
propone como modelo para entrar en el Reino de Dios.
A mí me llama la atención el deseo de Jesús de que
no les impidamos a los niños acercarse a él. Me ha hecho pensar. Yo he visto
cómo los niños se entusiasman fácilmente con las enseñanzas de Jesús y puedo
decir que, a pesar de su inconstancia, ellos responden a su manera y tratan de
llevarlo a la práctica. Sin embargo también he visto cómo los mayores les
impedimos muchas veces esa cercanía con el Señor.
Somos los mayores los que los llenamos de
ocupaciones para que no tengan tiempo que dedicar a su vida cristiana, los que
valoramos más otras cosas que la misa del domingo, los que los despistamos con
cosas secundarias.
Pero en esta reflexión me llama también la
atención la responsabilidad que tenemos las personas de iglesia en este asunto.
A veces hacemos que la vida cristiana sea algo agobiante y ponemos más acento
en los pecados que en el amor de Dios, hacemos demasiado serias las cosas
santas y no vivimos los sacramentos como una fiesta gozosa de encuentro con
Dios y con los hermanos. Y ¿Cómo no? Nuestros pecados, nuestras incoherencias
también son un obstáculo para que los niños se acerquen a Jesús.
Estamos ya comenzando un nuevo curso de catequesis
y creo que esta llamada del Señor es muy oportuna para que planifiquemos qué
vamos a hacer para que los niños se puedan acercar al Maestro que quiere
abrazarlos y bendecirlos.
Señor
Jesús, yo sé que tú deseas tener a los niños cerca de ti, tú en persona estás
dispuesto a entrar en sus vidas para llenarlos con tus bendiciones. Aquí me
tienes, contando siempre con tu ayuda, para colaborar contigo en este
propósito.
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