Dijeron
los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. (Lc 17,5)
El Señor ha
valorado muchas veces la fe de la gente. Recordemos cómo admiraba la fe de
algunos paganos, como el centurión o la mujer cananea. A muchos enfermos los
despedía diciendo: tu fe te ha salvado. Comprendo que los apóstoles aprendieron
una buena lección cuando reflexionaron un poco sobre todas estas cosas. Tal vez
miraron sus actitudes y entendieron que su fe era muy débil. A ellos,
ciertamente, les reprochó también en varias ocasiones su falta de fe.
Si yo tuviera que hablar de mí mismo, más bien me
veo en la postura de los apóstoles. A mí el Señor me reprocharía mi falta de
fe, y con el agravante de que yo también he podido sentir muchas veces cómo
actúa y cómo va mostrándome su grandeza y su poder en los momentos más
inesperados. Mi fe es más pequeña que un grano de mostaza y por eso mismo, no
obtiene nada especial. La petición de los apóstoles tengo que hacerla mía,
porque entiendo que tener más fe es una gracia que el Señor me puede conceder.
Tal vez nos podemos sentir muchas veces
decepcionados porque no comprendemos el silencio de Dios ante las injusticias,
porque desearíamos una intervención más clara para defender a los inocentes,
porque vemos como triunfan los malos y a los buenos todo se les vuelve en
contra… estas cosas ponen a prueba nuestra fe, la debilitan. Pero el Señor no
está callado, lo que ocurre es que su mirada va mucho más lejos que la nuestra.
Él sabe sacar provecho hasta de los pecados más graves o de las injusticias más
clamorosas, recordemos que de la muerte de Jesús vino la salvación para todos.
En estas circunstancias lo que nos queda es saber
confiar, esperar con paciencia y a su tiempo tendremos la respuesta.
Me has
enseñado cómo tú eres el Padre de todos, yo te he dicho que estoy puesto en tus
manos. Es verdad que no entiendo muchas cosas, pero sigo diciéndote que sí. Aquí
me tienes para lo que necesites de mí. Tú me das siempre mucho más de lo que yo
pueda sacrificar. Esperaré con paciencia y llegará tu Palabra en el momento
oportuno.